BARCELONA

Rambla arriba ,rambla abajo dejo que mis pensamientos fluyan en función de tantas expresiones vacías que corren literalmente de un lugar a otro, contaminación acústica con olor a caramelo, microclima urbano, humo blanco que sale del subsuelo, mar azul, tambores africanos, la Barceloneta.
Me paro.. sonrío.. sí... Barna arde con fuerza, está como más me gusta a mí.
Me cautiva su efervescencia, su ritmo multicolor, su rol urbano, crudeza racial, paseando por el Raval.
Odio largas esperas de metro, de tren , de ferrocata ,adopto bajo mi brazo sin remedio alguno “ la catedral del mar” como único aliado.
Me fascina el arquitectónico gris de sus góticos laberintos, que contrasta con el blanco vanguardista del MACBA al son de musica electrónica.
Sucumbo a su noche poseída por la tentación de ser anónima, calles llenas de locales In and Out, mezcla de historia y New age en el Born, cual bruja sacada de un cuento en el Bosque de las Hadas.
Vivo intensamente su verde oscuro en Collserola, dónde los jabalíes campan a sus anchas en busca de algo que llevarse a la boca entre andén y andén.

Odio la soledad entre tanta gente, la soledad de tanta gente.
Pero aun así volvería a vivir allí.
No se que tendrá esa ciudad para que la ame tanto , para que la odie tanto.